El gobierno de Reino Unido ha decidido dar el paso de restringir la entrada de inmigrantes no comunitarios, buscando no sólo que entre el “número adecuado de personas” en el país, sino que las que entren sean “las más adecuadas”. Con todo esto se pretende una reducción de la tasa, hasta el 20%, la misma que en el pasado año 2010, cuando llegaron al país una cifra cercana de 252.000 personas, con visado. "Queremos gente que beneficie a Reino Unido,no que se beneficie de nuestro país" explicó Damian Green, ministro de inmigración. Así, se establecer un mínimo de 37.000 euros, de ingresos al año, para aquellos inmigrantes que, tras cinco años de residencia en el país, soliciten quedarse de manera permanente, según podemos leer en The Guardian. Por otro lado, las parejas extracomunitarias, de ciudadanos del país, tendrán que pasar, de manera obligatoria, una prueba de idioma y deberán demostrar que pueden vivir sin ayuda económica del Estado. Si no cumplen estos requisitos, no podrán entrar en dicho país.
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