Con los datos, de la última encuesta realizada por Randstad, nos queda claro que las perspectivas y expectativas, por parte de los trabajadores, durante el último año, han cambiado mucho, a causa de la crisis económica, que estamos viviendo. Por un lado, las compañías se aferran más que nunca a la idea de seguridad, tanto en el propio puesto de trabajo como en la compañía en la que se está trabajando, ya sea por que ofrece una salud de la situación financiera, como por las perspectivas de futuro que ofrece. El año pasado, por ejemplo, el factor que más se tenía en cuenta era el de las condiciones económicas, era el factor más importante, por encima, incluso, de la seguridad laboral y las perspectivas de futuro. Esto indica que los trabajadores son muy conscientes de la situación que están viviendo, y tienen que hacer una serie de sacrificios, de índole personal, para poder lograr una mayor estabilidad, tanto en el mercado, como en la empresa. Por esta razón, los trabajadores deben tener muy claro que la seguridad laboral, a largo plazo, no va a venir por un determinado contrato o puesto. Hay que recordar que el mercado cambia, de un día para el otro y sólo están “seguros” en su puesto de trabajo, aquellas persona que puedan demostrar que poseen un alto grado de empleabilidad, o sea, que cuentan con cualidades, un nivel formativo y una experiencia, que hagan que sean capaces de hacer frente al puesto o a la empresa, sin ningún problema.
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