Seguimos
con algunos puntos, que debe tener un jefe, para poder ser
considerado perfecto:
→ El
cambio va a ser avanzar, no tiene nada que ver con sufrir. La mayor
parte de las empresas ven los cambios como una posible complicación
o como una amenaza, y por tanto quiere evitar lo que consideran
inevitable. Los grandes jefes deben ver esto no cómo inevitable,
sino como algo que es natural y es lógico. Pero, no se trata de dar
valores el cambio en sí mismo, sino la manera en que la organización
y los empleados se van a preparar y lo van a asumir.
→ La
tecnología va a mejorar la empresa, no la va automatizar. Si hace
años, la tecnología se veía para poder automatizar la empresa y
sus procesos productivos -de ahí, que muchas de las mismas apostaran
por instalar, en sus sistemas centralizados informáticos, que van a
deshumanizar y antagonizar a los empleados-, ahora las posibilidades,
que nos ofrecen las nuevas tecnologías, va más allá. Así, un buen
jefe sabe que los avances tecnológicos, al mismo tiempo que nos va a
permitir controlar y pronosticar, de una mejor manera; también,
deberían usarse para poder fomentar la creatividad y poder mejorar
las relaciones, que existen entre los empleados y sus jefes.
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