Seguimos
con algunas de las pautas o claves, que hacen que un jefe sea
excelente o no sea bueno en su puesto.
-Una
empresa no es una máquina, es una comunidad. Muchos jefes piensan
que su empresa es una máquina, que tiene muchos engranajes, que
están encarnados en los empleados y, por esta razón, se crean
estructuras rígidas, con normas que son poco flexibles. Pero los
jefes que, realmente, son de éxito, ven a su empresa, como si fuera
una colección de esperanzas y sueños, de cada uno de los
individuos, todos conectados por un determinado objetivo o una meta
común, que les vaya a hacer superar como individuos. Este tipo de
jefes inspiran y buscan motivar a sus trabajadores, para que se
apliquen y se dediquen, para conseguir el éxito propio y el de sus
compañeros y, por esta razón, a la buena marcha de la comunidad y
la empresa, en términos generales.
-El
buen jefe no se encarga de controlar, sino de dirigir y de organizar.
Para la mayoría de los jefes, lo que huela a iniciativa propia,
puede esconder a un cierto aire de “insubordinación”, pero,en
ocasiones, se van a crear entornos en los que se sofocan las ideas
individuales de los trabajadores, para poder imponer sus propios
criterios. El jefe perfecto es el que va a establecer una dirección
general y se va a comprometer a lograr los recursos que sus
trabajadores necesitan para poder llevar a cabo su puesto de trabajo,
pero que, en el momento de tomar decisiones hay que democratizar el
proceso, para poder fomentar la participación y permitir a los
equipos crear sus propias reglas, para poder intervenir, solamente,
en casos de emergencia.
Foto:
fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario